Luego, continuarán en otros establecimientos públicos de la Región Sanitaria XI y de la Provincia. La iniciativa cuenta con el aval del ministerio de Salud bonaerense a partir de una preocupación que crece entre los médicos: que el problema aparezca en el sistema sanitario recién cuando hay síntomas o cuadros graves en un bebé. Lo ideal, insisten, es llegar antes.
Mariana Remes, médica del hospital Toxicología y Salud Mental de la Provincia será una de las encargadas de las charlas para embarazadas. La especialista advierte que las consultas son frecuentes porque "ya sea por consumo problemático o desconocimiento, muchos bebés presentan problemas de salud por la ingesta de medicamentos, alcohol, drogas y hasta por preparados considerados naturistas que les llegan a través de la placenta materna o de la lactancia".
Todos los días del año, las 24 horas, la línea gratuita 0800-222-9911, que tiene sede en el hospital provincial especializado en Toxicología y Salud Mental, brinda asesoramiento gratuito tanto a miembros del equipo de salud como a personas de la comunidad. Reciben entre 30 y 40 llamados diarios para consultarlos tanto sobre los potenciales efectos tóxicos como por síntomas de una intoxicación en curso.
MEDICAMENTOS LEGALES Y CASEROS
Las especialistas aclararon que la intención de concientizar sobre los efectos de las sustancias en los bebés, "lejos de buscar estigmatizar o juzgar a la mamá, busca abrirles un canal de diálogo para que planteen sus inquietudes, ofrecerles información y darles orientación certera para que, de esa manera, puedan proteger a sus bebés".
Una de las drogas legales que las mujeres suelen consumir sin medir el riesgo en el embarazo o lactancia son las llamadas benzodiacepinas, que tienen efecto ansiolítico. "El uso sin prescripción médica durante la gestación provoca que el bebé presente el sensorio deprimido al nacer y, por lo tanto, no tenga fuerza para succionar, algo fundamental para su alimentación y crecimiento", explicó Remes.
Por otra parte, medicamentos de venta libre como el paracetamol pueden afectar el hígado del bebé y algunas sustancias presentes en los descongestivos más comunes, como la pseudoefedrina, son potenciales fuentes de problemas cardiacos.
También, es muy común que la embarazada o la mamá que está amamantando opte por medicamentos "caseros" o "naturales", sin saber que muchos de estos preparados pueden tener efectos nocivos en la salud de los chicos. Tal es el caso del anís estrellado, que suele aconsejarse para prevenir cólicos y que, en realidad, es neurotóxico para los bebés. También, el té de palco, que se aconseja para la inflamación intestinal o las cremas con ácido salicílico, que se usan para aliviar dolores musculares, pero pueden provocar fallos renales en bebés.
ALCOHOL Y MARIHUANA
Por otra parte, las especialistas advierten que el uso medicinal del cannabis trajo como consecuencia que se minimicen sus efectos nocivos. En esto insiste la directora del hospital provincial especializado en Toxicología, Ana Girardelli, quien explicó que "consumir marihuana en el embarazo y en la lactancia provoca hipotonía en el bebé, succión pobre, sedación y retraso psicomotor, incluso expone a los chicos a un mayor riesgo de muerte súbita".
Otro consumo frecuente en mujeres embarazadas o que amamantan es el alcohol, que puede provocar bajo peso, irritabilidad y problemas en el desarrollo psicomotor del bebé. Drogas como la cocaína consumidas durante el embarazo, en tanto, provocan síndrome de abstinencia con convulsiones en recién nacidos, vómitos, diarrea, pupilas dilatadas, taquicardia e hipertensión arterial. Las consecuencias pueden ser fatales, por eso, se considera indispensable evitar su consumo tanto durante el embarazo y la lactancia, consultar y pedir ayuda a un profesional o centro especializado siempre que se esté frente a un consumo problemático de este tipo de sustancias.
PARA RECUADRO
Cómo identificar una intoxicación con monóxido de carbono
La sensación de náuseas, dolor de cabeza y embotamiento durante la noche suele relacionarse con algún alimento que nos cayó mal en la cena o con haber comido demasiado. Sin embargo, muchas veces, son las primeras señales de una intoxicación por monóxido de carbono.
"Esta confusión, que es muy habitual, aumenta el riesgo de continuar en un lugar donde hay una pérdida de monóxido, ya que la persona al sentirse mal permanece en reposo", advirtió la toxicóloga Mariana Remes.
Todos los años, con la llegada del frío, se producen decenas de intoxicaciones por monóxido de carbono, un gas muy peligroso porque al ser incoloro, inodoro e insípido es muy difícil de identificar, sin embargo puede ser mortal. "Si la exposición se prolonga puede provocar impotencia muscular, es decir, que la persona ya no podrá moverse y esta intoxicación puede llevarlo al estado de coma y hasta resultar fatal", agregó la especialista.
Ese gas invisible y mortal se forma por la combustión incompleta de sustancias carbonadas como el carbón, la madera, la nafta, el kerosene, el gas natural o envasado. Si bien se lo suele relacionar con estufas y braseros, también pueden generarlo los calefones, hornos, parrillas, chimeneas y cocinas, que resultan igualmente riesgosos cuando funcionan mal o se utilizan en ambientes sin ventilación.
Para prevenir las intoxicaciones con monóxido de carbono el hospital de Toxicología del ministerio de Salud de la Provincia recomienda:
- Mantenga una mínima ventilación en los ambientes calefaccionados
- No utilice elementos de calefacción mientras duerme.
- No utilice elementos de calefacción cuando desconoce las condiciones de funcionamiento.
- Controle periódicamente calefones, estufas, cocinas, tirajes de parrillas y chimeneas.
- Prefiera la intervención de un gasista matriculado para instalación y revisión de esos artefactos