Con ellos se trabajarán dos ejes principales: la plena ocupación y un abordaje asistencial intensivo con foco en la educación, el trabajo, el deporte y en la salida laboral.
"La Constitución dice que las cárceles no son para castigo sino para rehabilitación de aquellos que son detenidos. Nuestra tarea es cumplir con al ley y dar una segunda oportunidad al que quiera tener un futuro mejor", sostuvo la gobernadora luego de recorrer las obras del penal, que será inaugurado en diciembre próximo.
Vidal destacó que ya están en funcionamiento "más de cien talleres diseminados en las distintas cárceles de la Provincia, que hacen que miles de detenidos hoy puedan aprender un oficio. Recuperamos la educación formal, que estaba abandonada: cada vez tenemos más internos inscriptos para terminar la primaria y la secundaria".
Acompañada por el ministro de Justicia, Gustavo Ferrari; el intendente local, Sebastián Abella, y el subsecretario de Asuntos Municipales, Alex Campbell; la mandataria indicó que "hacía más de veinte años que en la Provincia no se construía una cárcel nueva", y destacó que "si aquellos que cometieron un delito vuelven a cometerlo cuando salen, quiere decir que no estamos haciendo bien nuestro trabajo en el período en el que están detenidos, que no estamos haciendo lo suficiente para que elijan otro camino".
"Queremos generar oportunidades desde el momento de la detención. Que el tiempo que las personas que cometieron delitos y estén detenidas en las cárceles no sea perdido, sirva para rehabilitarlas. Eso es parte de la política para que los vecinos de la Provincia estén más seguros", afirmó.
"No queremos detenidos encerrados en pabellones sin hacer nada todo el día. Eso no es bueno ni para ellos ni para la sociedad cuando salen. Queremos que puedan tener realmente una segunda oportunidad para que no cometan delitos", subrayó.
Explicó que el nuevo penal de Campana -único en su tipo en Sudamérica y con sólo dos similares en el resto del mundo: uno en Alemania y otro en Estados Unidos- sólo alojará a detenidos que no hayan cometido "delitos graves, como violaciones o asesinatos, sino primeros delitos con penas de hasta cinco años".
"En este penal va a ser obligatorio estudiar o aprender un oficio, y habrá un centro permanente de tratamiento de las adicciones para estos jóvenes, para que la adicción no los lleve a cometer otros delitos. Estamos convencidos de que si (los detenidos) tienen una segunda oportunidad en este lugar, seguramente vamos a bajar muchísimo los niveles de reincidencia y de reingreso que tenemos en nuestras cárceles", aseveró.
El proyecto, impulsado por la gobernadora Vidal y el ministro Ferrari, prevé la plena ocupación de los internos a través de la educación, el trabajo, el deporte, la formación laboral y el abordaje asistencial intensivo, enfocado en la salud y las adicciones.
Desde el inicio de la gestión de Vidal, el ejecutivo bonaerense promovió un cambio de paradigma en la lucha contra la inseguridad, que abarca cuatro aspectos fundamentales: la Policía, la Ley y la Justicia, la Inclusión Social y el Servicio Penitenciario.
En este último punto, se inició una reforma destinada a transparentar el sistema, mejorar la capacitación de los agentes, garantizar las condiciones de habitabilidad y la reinserción social de los detenidos, y contribuir a la seguridad en la Provincia.
En ese contexto se da el Programa "Adultos Jovenes" que comenzó a funcionar a comienzos de 2018. Para ingresar al Programa los internos deben firmar un Acta de Conformidad y la selección la realizará la Dirección General de Asistencia y Tratamiento del SPB teniendo en cuenta los distintos informes criminológicos y de conducta. Además los jóvenes deberán proyectar y planificar objetivos realistas para cuando estén en libertad y demostrar la adquisición de conocimientos en su etapa de formación dentro de la Unidad.
La Unidad Modelo para Jóvenes de Campana -que quedará finalizada en diciembre próximo- alojará a 616 jóvenes de 18 a 21 años, de sexo masculino, que estén cumpliendo una pena menor a los cinco años de reclusión, relacionada con delitos como robos, hurtos o encubrimientos.
La unidad ofrecerá a sus internos las herramientas necesarias para que "puedan empezar una vida lejos del delito", desde sus cuatro módulos que incluirán celdas, aulas, talleres y un polideportivo central.
Las salas de clase conformarán una escuela con capacidad para 480 internos -la más grande del Servicio Penitenciario Bonaerense- y un aula taller móvil donde se dictarán cursos de alfabetización digital.
Los talleres de trabajo, en tanto, ocuparán más de 800 metros cuadrados y tendrán una capacidad para 200 jóvenes.