La alteración continua de la concordia entre los argentinos, es uno de los argumentos que consideró para este pedido, entre otros: el renunciamiento a las responsabilidades propias del ejercicio del gobierno; la vocación clara de interrumpir la calidad del servicio informativo; el desbaratamiento de la Agencia Nacional como tal; la pluralidad de voces que debe ser garantizada; la disminución de los despachos de noticias provinciales, y la afectación directa en las ciudades de La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca.
Un gobierno ocupado en cumplir las órdenes de los organismos internacionales, y despreocupado por el destino de nuestros trabajadores, es el causante del desguace de los espacios argentinos.
Fueron premonitorias las palabras de Su Santidad, el Papa Francisco, en este sentido, referidas al derecho a la comunicación, que exponen la manipulación interesada y anti democrática de los medios informativos, citadas en la Declaración: "En muchos países, se usa este método: destruir la libre comunicación. Por ejemplo, pensemos: hay una ley de medios de comunicación; se elimina esa ley, y se da todo el aparato de la comunicación a una empresa, a una sociedad que calumnia, dice falsedades, debilita la vida democrática. Luego vienen los jueces a juzgar a esas instituciones debilitadas, a esas personas destruidas, y las condenan. Así avanza la dictadura. Las dictaduras, todas, empezaron así: adulterando la comunicación, para dejarla en manos de una persona sin escrúpulos, de un gobierno sin escrúpulos".
Si analizamos los tristes y flacos argumentos manifestados por H. Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios Público, debemos advertir que la concepción que tienen los dos últimos gobiernos de la Argentina, es totalmente opuesta, ya que en el gobierno peronista de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner, el tratamiento y calidad de la noticia y de la información públicas, debían estar acompañados por una Agencia estatal de noticias acorde. En esta sola diferencia, radica la explicación de su crecimiento, tanto el incremento del número de los trabajadores periodísticos y administrativos, como su desarrollo tecnológico y logístico.
Como siempre, cada medida del gobierno, exhibe sus descarados alineamiento y apertura hacia un mundo que ya conocimos, y del cual sufrimos sus humillantes consecuencias, y la gradual y sistemática pérdida y entrega de la soberanía nacional.