"Vainilla con Nesquick", así lo habían apodado sus compañeros de gabinete en épocas del kirchnerismo, cuando Lousteau ejercía el ministerio de Economía y redactaba la Resolución 125, que le costó una fuerte enemistad a la expresidenta Cristina Kirchner con el campo, y además perdió a su vicepresidente, Julio Cleto Cobos. El apodo tiene que ver con que lo consideraban inmaduro, o aún muy infantil.
Ahora, y después de convertirse en radical de la mano de Nosiglia, Lousteau podría probar suerte como precandidato presidencial.
Aseguran en la UCR que tendría el apoyo de históricos como Juan Manuel Casella, Federico Storani, Ricardo Alfonsín, y podrían incorporar a convencionales como Diego Barovero o Miguel Ponce.
Los radicales aseguran que la figura de Lousteau le permitirá al centenario partido encolumnar a los referentes de todo el país que están desencantados, y que se resisten a decir todo que sí al macrismo.
En la UCR están que trinan con la conducción del gobernador mendocino Alfredo Cornejo, porque dicen que es "muy tibia" y no se planta ante el Pro para fijar posiciones.
