La calumnia y la tergiversación son formatos de la mentira y la hipocresía, frecuentemente descriptas en los textos sagrados, ya que fueron padecidas por todos los profetas.
En la esperanza y la firme convicción que la verdad siempre prevalece, manifestamos la cercanía y el afecto inquebrantable a nuestro inspirador, quien en la misión de impulsar el amor a la humanidad, nos guió hacia la fórmula del diálogo.
Apelamos a un discernimiento de los hechos desde la realidad. Que, por medio de la reflexión, la oración y la lectura nos llegue la sabiduría del tiempo para la palabra y del tiempo para el silencio.
"Ya hemos tenido mucho tiempo de degradación moral, burlándonos de la ética, de la bondad, de la fe, de la honestidad, y llegó la hora de advertir que esa alegre superficialidad nos ha servido de poco. Esa destrucción de todo fundamento de la vida social termina enfrentándonos unos con otros para preservar los propios intereses" (Papa Francisco, Laudato Si).
"Con las personas que no tienen buena voluntad, con las personas que buscan solamente la destrucción, incluso en las familias: silencio. Y oración" (Papa Francisco, misa matinal en Santa Marta).