El presupuesto enviado a la Legislatura por la gobernadora María Eugenia Vidal prevé gastos por 929 mil millones de pesos, un pedido de endeudamiento por 68.500 millones de pesos y una mayor inversión en áreas claves como Desarrollo Social, Salud, Educación, Infraestructura y Seguridad.
A su vez, considera una reducción de impuestos distorsivos como ingresos brutos de 1,5 a 0,75% y una suba del 38% del impuesto inmobiliario rural, menor que la inflación proyectada anual. El mismo será en cuotas y tendrá una incidencia baja, manteniendo exceptuadas a superficies menores de 50 hectáreas y/o con una facturación de 4,8 millones de pesos; beneficiando a los pequeños productores.
"El presupuesto es equilibrado y coherente con los objetivos propuestos para estos cuatro años de gestión. Hemos trabajado en consonancia con el Ejecutivo para seguir acompañando a cada productor", aseguró la diputada oficialista Susana Lázzari.
Cabe destacar que la suba del impuesto inmobiliario rural no incrementa la valuación y/o el valor de la tierra e implica para la mitad de los productores un aumento promedio de entre 63 a 99 pesos por mes.
En ese sentido, el vicepresidente de la comisión de Asuntos Agrarios, Oscar Sánchez, remarcó: "La gobernadora y el ministro Leonardo Sarquis, han escuchado y considerado al agobio de impuestos que soporta el sector agroindustrial de la provincia de Buenos Aires por lo que ha considerado un aumento de los Impuestos Patrimoniales menor a la inflación y este proyecto reduce impuestos distorsivos como ingresos brutos" y agregó que "hay buenas perspectivas en cosechas, recuperación y estabilidad en la ganadería".
Por último, Lázzari señaló que "no se puede dejar de destacar que el dinero ahora va a obras que muchos años no se hicieron, los aportes de los ciudadanos ahora se devuelven en obras. El año pasado fueron 46 mil millones en obras viales y 47 mil en obras hídricas".