La capacitación estará a cargo de la Lic. en Nutrición, Manuela Peralta Garay, docente de la asignatura Prácticas Hospitalarias de la carrera de Nutrición en la UCALP. El encuentro se realizará este miércoles 22 de octubre, a las 18:30 horas, en la facultad de Ciencias Económicas y Sociales, ubicada en avenida 25 entre 47 y 48.
Durante la jornada se abordarán temas vinculados a la alimentación saludable, las necesidades nutricionales en la tercera edad y la importancia del acompañamiento profesional en el cuidado cotidiano. Al finalizar, los participantes recibirán un certificado de asistencia.
UNA CAPACITACIÓN PARA TODOS
En diálogo con el diario de la UCALP, Peralta Garay señaló que “esta capacitación está pensada tanto para personas que trabajan en instituciones geriátricas o en centros de día, como las que lo hacen de forma particular en la casa de algún adulto mayor”.
Destacó la relevancia de la formación, ya que los cuidadores “pueden estar a cargo de una o más comidas, de la preparación, la selección de los alimentos, y a veces hasta de la compra. Entonces, resulta especialmente relevante capacitarlos”.
Durante el encuentro, se presentarán los principales lineamientos para brindar una dieta equilibrada y completa, y se trabajará sobre los desafíos que pueden surgir al ofrecerla.
“Vamos a abordar cómo adaptar las diferentes consistencias, cómo ofrecer una adecuada hidratación, y preparaciones sencillas y completas, cómo adaptarse a los cambios fisiológicos que trae el envejecimiento y también otros factores ligados al envejecimiento, tales como los económicos, sociales, culturales y emocionales que pueden interferir en la alimentación”, subrayó Manuela.
IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN
Respecto de la importancia del acompañamiento nutricional en esta etapa de la vida, Peralta Garay señaló que “podemos encontrarnos con gente que padece enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, la hipertensión o la hipercolesterolemia, y otras personas que han sufrido algún tipo de accidente cerebrovascular o isquemia que les dejó alguna secuela o discapacidad y requieren una especial atención, sobre todo en el aspecto nutricional”.
En relación a los beneficios, la licenciada subrayó que “el impacto que tiene una buena alimentación y un buen estado nutricional en el adulto mayor es muy grande, ya que reduce los tiempos hospitalarios, mejora el pronóstico de cualquier enfermedad, disminuye la posibilidad de contraer otras, reduce la posibilidad de fracturas ante una caída y mejora muchísimo el estado de ánimo”.